domingo, 13 de enero de 2013

Cartas de los lectores #3.

Saludos amigos anarquistas sin tonterías, 

me dirijo a vosotros en un frío pero soleado día de esta vida mía por tierras siempre extranjeras, para comunicaros con alegría, un asunto de suma importancia —tanta que durante la redacción de mi comunicado han salido del teclado y hacia mi cara varias teclas despedidas, entre ellas, por supuesto, la primera letra de joder, con toda seguridad a razón de la euforia y poder con que mis temibles dedos las acariciaban, no sé si enamoradas o aterrorizadas—: un emisario de mis aliados me ha hecho llejar la carta de un guerrero turanio que se identifica con nuestra causa y nos envía no solo sus sinceros apoyos sino también la interesante reflexión que os adjunto a continuación. Que la disfrutéis, en nombre de Crom.

Saludos hiperbóreos, cimmerio.

Por azar ha llegado hasta la mazmorra donde estoy cautivo un pergamino con tus escritos y he decidido contarte mi historia para sugerirte con ello una nueva reflexión. Espero que sepas disculpar mi invasión con esta cuestión y el si no lo hago en el sitio adecuado.

Mi nombre es Khassar, soy turanio y desde muy joven he vivido experiencias que volverían loco al ser más impenetrable emocionalmente, sin embargo he sido dotado por los dioses de un sentido del humor y una socarronería excelentes, que me ayudan a sobrellevar los avatares de la vida con serenidad y con ironía.
Por uno de esos avatares, vine a ser cautivo de las mazmorras de Messantia, donde tras unos años de encierro en soledad el destino me trajo dos compañeros que comparten mi cautiverio en esta húmeda y oscura fosa.

Con el primero (un zamorio llamado Volmana) enseguida congenié, también goza de un humor magnífico y su vida, al igual que la mía, no carece de los más duros golpes, tanto sobre el cuerpo como esos otros golpes que atraviesan la piel y torturan mente y alma con el fin de arrastrar a la locura.

Mi segundo compañero, un turanio llamado Ascalante, vino a hacernos compañía unos meses después de que viniera Volmana y no había sido bendecido por los dioses con la actitud ante la vida que mostrábamos este y yo, más bien recelaba de nosotros por parecerle que debíamos ser demasiado frívolos o inconstantes. Ascalante nos relató una vida entre algodones y pergaminos, donde lo más terrible que le había pasado fue tropezar con una rata y tener la mala fortuna de caer sobre la favorita del rey en la procesión del culto a Mitra, razón por la cual se hallaba en las mazmorras junto a nosotros.

Ya desde el principio se manifestaba molesto por nuestras conversaciones animadas o nuestros chistes y solía recriminarnos aludiendo a nuestro carácter primitivo y exaltando su civilización y su instrucción como escriba del rey, lo cual, según él, le daba derecho a estar por encima.

Tengo que decirte, bárbaro, que a Volmana y a mí nos daba más bien lástima, porque lo veíamos día tras día sumirse en su frustración y maldiciendo en todo momento.
Hasta que una mañana, después de habernos traído el mendrugo de pan y el jarro de agua del desayuno, Ascalante se volvió loco y trató de atacarme por la espalda, sin caer en la cuenta de que los grilletes le impedirían avanzar y cayó hacia atrás desnucándose y muriendo en el acto.

Volmana y yo continuamos en la mazmorra, seguimos aliviando nuestra desgracia con nuestro humor y nos preguntamos si el carácter agriado y condescendiente de Ascalante podría venir condicionado por una vida vacua y sin experiencias propias; si el haberse revestido con las experiencias de otros, a través de sus lecturas, en lugar de las suyas propias pudo haberle suscitado tales prepotencia y desprecio por los que no hemos pisado una biblioteca en nuestra vida.

Mi compañero y yo no somos exactamente optimistas, bárbaro, si algo sabemos es que por muy mal que vayan las cosas estas aún pueden ir a peor, pero no renunciamos a tomarnos las cosas con ironía y a reírnos de nosotros mismos y nuestras desgracias como el bálsamo que precisamente las alivie.

Pues aquí queda hecha la pregunta: ¿Es la falta de vivencias y el exceso de experiencias ajenas adquiridas a través de las lecturas lo que otorga esa personalidad tan desaboría?

Salud Bárbaro, por la Anarquía sin Tonterias.

Alabado sea el trono sangriento de Crom!!

Firmado:
Khassar el turanio.

Y respondiendo a la pregunta que la carta planteaba, que por poco se me olvida:

"¿Es la falta de vivencias y el exceso de experiencias ajenas adquiridas a través de las lecturas lo que otorga esa personalidad tan desaboría?"

Mi estimado Khassar de Turania,

comparto todo lo que enuncias en tu carta, en especial tu llamada al desarrollo de un sentido del humor todoterreno, y podría darte la razón sino fuera porque, durante mis andanzas, me he cruzado con toda clase de piratas, bárbaros, guerreros, bellacos y ex-presidiarios (y a menudo una combinación de varias o de todas las citadas a la vez), que habiéndose hallado en situaciones adversas, se decantaron por la lectura como forma de aliviar el tiempo y aprovechar las horas en lugar de malgastarlas en preocupaciones de marras.

Estos salvajes y rufianes, aún a pesar de su carácter indomesticable, eran capaces de compaginar su idiosincrasia personal con el disfrute de la lectura. Así aprendían de lo grande, a menudo sobre cómo pensaba el enemigo, y aun más importante, sobre cómo hacerse más fuertes y poderosos de lo que ya eran, con el objetivo de salir de su aprieto renacidos, más seguros que nunca de sí mismos.

Estos que fueron algún día mis compañeros, caminan probablemente aún por la tierra, permanentemente alerta, feroces como tigres de dientes de sable, pero en paz consigo mismos, pues saben que entienden tanto lo que defienden como lo que combaten.

Pero respecto a lo que dices de la experiencia, una vez más asiento sacudiendo mi melena al ritmo del metal: la falta de experiencias propias, y la ausencia de un contacto directo con la vida que le permita a uno aprender y formarse realmente, conducen a un carácter efectivamente desaborío.

Así lo veo yo, compañero. Podría estar equivocado pero como sabes, en el fondo me da igual.

Un fuerte abrazo y mis mejores deseos,

saludos anarquistas sin tonterías para todos,

alabado sea el trono sangriento de Crom

viernes, 11 de enero de 2013

Simpática arenga

Saludos mis estimados anarquistas sin tonterías,

Os escribo para animaros a seguir con vuestra labor de difusión de la Anarquía Sin Tonterías, la única real y posible.

Es cierto que vivimos tiempos nefastos, de carácteres suaves y blandos, donde valores como el del combate cuerpo a cuerpo y el honor se han perdido. Donde individuos y grupos prefieren delegar en líderes de dudosas intenciones en vez de auto-organizarse, capacitarse y defenderse por sí mismos. Donde se denomina lucha a la pura mendicidad.

Un mundo donde ejércitos privados financiados por corporaciones de mercaderes somete a la población civil a fuerza de terror y represión sistemáticamente ejercidos, sostenidos, claro está, por sus cárceles y sus armas de fuego.

Pero esto tiene que terminar. Se requiere pensar de otro modo, sentir de otro modo, actuar de otro modo. ¡Ya está bien de rezongar y dejar las cosas para mañana! Nuestra vida tiene lugar aquí y ahora, ¡hoy! Y aquí y ahora hoy hemos de aprender a descubrir nuestras propias fortalezas y debilidades, y enfrentarnos a ellas para ponerlas a prueba y llegar a conocernos a nosotros mismos pues, ¿quien si no es nuestro peor adversario ante la dificultad?

El miedo, las inseguridades y la procrastinación proceden todos de dentro, ¡ningún rival por fuerte que sea igualará ese fatalismo que a veces nos carcome y aniquila nuestras ansias de vivir!

Y será alegres y despiertos como caeremos encima de nuestro enemigo, aplastándolo sin piedad, y por Crom que más le valdrá entonces no volver a levantarse, porque entonces lo aplastaremos dos veces.

Por ahora es todo, amigos anarquistas sin tonterías.

Viva la Anarquía Sin Tonterías, alabado sea el trono sangriento de Crom.