domingo, 30 de diciembre de 2012

Al ver que todos se habían vuelto locos

Saludos a todos mis queridos anarquistas sin tonterías,


me gustaría referiros una anécdota de mis tiempos mozos cuando a punto me hallaba de conocer a la que sería el amor de mi vida, Bêlit la gran capitana pirata, y que aquí le narro al buen capitán de un barco justo tras aterrizar de un salto en mitad de la cubierta de su nave. Espero que sepáis ver en mis actos y palabras el ejemplo de lo que significa la Anarquía Sin Tonterías. Alabado sea el trono sangriento de Crom.


"La noche pasada, un capitán de la guardia del rey se pasó de la raya con la amada de cierto joven soldado en una tasca de Messantia, quien por supuesto le ensartó. Pero, al parecer, hay una maldita ley en contra de matar a los guardias, por lo que el joven y su chica se dieron a la fuga.

Se corrió la voz de que me habían visto con ellos antes... y me llevaron a rastras ante un tribunal.

El juez me preguntó por el paradero del muchacho. Le contesté que no lo podía traicionar, ya que era mi amigo. La ira del tribunal aumentó y el juez me soltó un sermón sobre mis deberes para con el Estado y la sociedad, y otras monsergas que no entendí. Me conminó de nuevo a revelarle adónde había huido mi amigo. Pero esta vez yo estaba muy enfadado, porque ya le había explicado mi posición. Me tragué el enfado y mantuve la calma.

Entonces, el juez me dijo que había cometido delito de desacato contra el tribunal y que me pudriría en un calabozo hasta que traicionara a mi amigo.

Al ver que todos se habían vuelto locos, decidí que había llegado el momento de marcharme.

Me apoderé de las llaves de mis grilletes..., me abrí paso por la sala de justicia..., y en cuanto me hube soltado, salté al estrado del juez, donde descansaban mi espada y mi casco.

Espada en mano, aseguré mi retaguardia. Después eliminé al juez. Tomé prestado el semental del gran condestable... y cabalgué por los muelles de donde creía que zarpaban las naves con rumbo a tierras extranjeras."

La Reina de la Costa Negra, adaptado del relato de Robert E. Howard, por Roy Thomas.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Cartas de los lectores #2.

Esta es la respuesta que le di en un importante medio de comunicación anarquista a un individuo (y quizá futuro compañero) con ideas reaccionarias que se quejaba del exceso de 'fantasía' en mis escritos:

La fantasía se extiende allá donde mires. Todo aquello en lo que crees, sea por inercia o por voluntad propia, podría ser considerado fantasía por otros.

Mientras algunos escogen tomar de ejemplo a esas entidades supuestamente reales que les llegan a través de las proyecciones que emiten extraños artefactos eléctricos cuya programación controlan grupúsculos de dudosas intenciones, otros, hartos de que sean los demás quienes nos dicten a qué dioses o demonios odiar o adorar, escogemos los nuestros propios y, jurándoles lealtad, los honramos con nuestro acto y palabra.

Si quieres fomentar la existencia de un mundo libre habrás de saber convivir con gentes de diferentes lenguajes y, siempre y cuando lo que digan no se oponga a tus intereses (o a que tu mismísima cabeza continúe sobre tus hombros), respetarlas.

Viva la Anarquía Sin Tonterías. Alabado sea el trono sangriento de Crom.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cartas de los lectores #1.

La compañera y sacerdotisa de Mitra Iñiga Maza nos planteaba la siguiente cuestión:

Como siempre, cimmerio de ojos acerados tus palabras contienen la sabiduría de los dioses. Pero (y a falta de que abras un consultorio hyperboreo popular) mi condición de doncella vestal de Mitra exige que en mi iniciación me sea colocada una argolla de acero en la napia y como para mis meditaciones suelo ejercitar mi dedo índice moldeando cascarrias (pelotillas de la nariz, bolillas de plastilina biológica, píldoras escrecentes),necesito de tu sabio consejo para saber como afectaría este particular a mi relajante afición y si en este caso quizá sería mejor que me pasara a la cofradía de vírgenes casquivanas de Seth que solo exigen que me tatúe una serpiente, con tinta de calamar y punta de obsidiana, en el cráneo afeitado

Saludos mi estimada sacerdotisa y simpatizante de la Anarquía Sin Tonterías Iñiga Maza,

te agradezco tanto tus cumplidos como tu incansable compromiso con nuestra doctrina sin tonterías.

Responder a tu pregunta con palabras en lugar de con mis siempre elocuentes gruñidos no será tarea sencilla, si bien lo parecerá una vez lo haya hecho.

Concéntrate no tanto en la argolla como en quien te lo exige, y pregúntate a ti misma si tu interés en el culto a Mitra justifica tamaña barbaridad. ¿Te identificas hasta ese punto con tu culto al dios del fénix como para modificar un hábito por él (véase alterar el hecho de que llevas viviendo bastantes años sin argolla y a partir de ahora lo harías con ella?

Y si no fuese por requisitos religiosos, mujer, ¿crees que habría otra razón que te empujase a hacerlo? Porque la respuesta podría ser positiva, y entonces te aconsejaría que siguieras adelante. Pero también negativa, ante lo cual te animaría en contra. Y lo mismo con cualquier otra cosa, independientemente de lo extravagante, rara o bruta que pueda parecerle al común de la población civilizada y corrupta.

No importa lo que hagamos durante el transcurso de nuestra vida, tarde o temprano siempre vendrá alguien a juzgarlo como absurdo, innecesario y/o ridículo, probablemente sin conocer nuestras motivaciones personales y aún peor, creyendo que su opinión nos importa. Sin embargo, tal cosa no debería, ni por un instante, amedrentarnos. En este sentido, el problema no sería la argolla en sí, como tampoco lo sería raparte el cráneo y tatuarte una serpiente encima, sino preguntarte a ti misma si tales acciones concuerdan con tu auténtica voluntad e identidad o no. Estoy seguro de que existen bichos raros a los que asquearía matar enemigos y empaparse en la sangre de traidores y cobardes desde la salida del sol hasta el atardecer, y no obstante, eso no convierte tan digna tarea en aberración. Sólo significa que no han sentido la llamada de Crom ni conocen el secreto del acero. De manera que si el culto a ese dios te ha sido impuesto por alguien, sacúdele a ese alguien lo más fuerte que puedas por la espalda y lárgate a donde te de la gana. Pero si estás convencida de tus creencias, déjate de excusas y plántate la argolla gritando a toda voz: ¡POR MITRA Y SUS COJONES!

Si el problema que te acucia tiene más relación con tu práctica de la meditación, te pregunto: ¿es el ejercicio de hurgarte la nariz completamente necesario para la misma?

Recuerdo que cuando empecé a meditar sufría dolores terribles en los empeines. Pero estaba seguro de que algún día dejaría de sentirlos. Así fue. Un año y medio más tarde descubrí que por carecer de instructor experto en la materia , había cometido un error y me había causado una lesión de rodilla. No me importó. Cambié la postura y seguí con mis meditaciones. Y así hasta el día de hoy. Enfrentarme al dolor con actitud estoica me ha ayudado mucho en mi vida, por ejemplo enseñándome a controlar mis impulsos de aplastar enemigos también en situaciones inoportunas. Ahora soy un bárbaro más relajado y reflexivo.

En fin. Conciliar a Mitra con la argolla y tus meditaciones, he ahí tu misión, compañera. Ya nos contarás qué tal.

Espero haber resuelto tus dudas. Queda así inaugurada queridos compañeros y para vuestro deleite la sección de CARTAS DE LOS LECTORES.

Sin más, un saludo anarquista sin tonterías.

Alabado sea el trono sangriento de Crom.

Nuevo comunicado

Compañeros Anarquistas Sin Tonterías,

me dirijo a vosotros con un nuevo comunicado que considero especialmente importante en nuestra formación como salvajes e implacables guerreros capaces de matar al enemigo.

Algunos puntos que me gustaría tratar son los siguientes:


El tabaco y el alcohol


El mayor peligro del tabaco no se encuentra en él mismo, sino en los aditivos de los cigarrillos. Aquellos que utilizamos el humo de esta planta (y de cualquier otra combinable) para conectar con nuestros dioses y demonios particulares, haremos bien en recordar que sólo alterando nuestro hábito tabaquero en pro de manufacturar nuestros propios cigarrillos directamente a partir de puro tabaco ya estaremos aliviando a nuestros pulmones. ¡Y hemos de estar en forma para la batalla!

Ni siquiera tenemos que dejarlo. De paso, habremos cesado de financiar a las espantosas compañías de cigarrillos responsables de tantas atrocidades a las que nos oponemos.

El alcohol afecta negativamente a la síntesis de proteína, y por tanto, al desarrollo de nuestros músculos, que puede verse seriamente perjudicado. Es evidente que rememorar con nuestros camaradas nuestras hazañas en el campo de batalla con una estupenda jarra de hidromiel, cerveza o buen vino no tiene punto de comparación con hacerlo con zumo de manzana, pero dejemos por tanto esta costumbre para las ocasiones especiales y no la despreciemos convirtándola en rutina. ¿O acaso queremos enfrentarnos flácidos al enemigo?


La meditación

¿De veras creéis que un aire meditabundo como el de mi ceño fruncido se consigue por ciencia infusa? Probablemente los genes tengan algo que decir, pero desde luego es sobre todo el modo de vida que uno lleva el que marca sus facciones y les da ese aspecto que el enemigo teme.

Así, pues, practicad la meditación.

Sentarse sin hacer nada con la espalda sobre un tronco liso (o rugoso, áspero y cubierto por espinas afiladas, si es menester) bastaría para empezar. Pero sin hacer nada de verdad. No dejéis que vuestro cerebro permanezca ronroneando sin control, ¡es un grave error, compañeros! Al principio sucederá, de todos modos, pero eso habréis de cambiarlo progresivamente. Podéis escoger un pensamiento concreto y ahondar en él interminablemente hasta que finalice el tiempo que habéis escogido para vuestra práctica. Proporcionáos una buena y agradable postura y retáos cada día a pasar más tiempo en ella sin hacer nada más que ajustar vuestra respiración de un modo rítmico y equilibrado.

No lo hagáis con la barriga llena, ni tampoco frente al cansancio mortal, pues sólo querréis terminar cuanto antes y de nada valdrá forzaros entonces.


Deporte y artes marciales

La actividad física es fundamental. Mantenerse activo, practicar artes marciales, realizar ejercicio en casa, evitar la fatiga por todos los medios, son requisitos fundamentales de la dura vida bárbara. Que tu profesión o tus aficiones te requieran esfuerzo físico y movimiento te beneficiará a corto, medio y largo plazo. En mi caso particular, puedo afirmar con orgullo que mi condición de mercenario norteño reúne todas estas excelentes cualidades, lo cual facilita que me dedique a ello a jornada completa.


Profesión y habilidades

Como los auténticos guerreros de todas las épocas, compañeros, hemos de cultivar nuestras habilidades con esmero, escoger aquello que nos gusta y dedicarnos a aprenderlo con paciencia, cariño y constancia. Basta ya de inmediatismos ridículos. La excelencia se consigue con la práctica.

Piensa en el tipo de personas con las que te gustaría vivir y que más falta te harían si tuvieras que formar una comunidad aislada y autosuficiente y luego razona si te parece que tu serías una de ellas. Si la respuesta es negativa, amigo Anarquista Sin Tonterías, ¿a qué esperas para cambiarlo? ¡Hazte útil para ti mismo!


Por ahora, esto es todo lo que tenía que decir. Alabado sea el trono sangriento de Crom.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La Tríada del Cambio

Saludos, mis estimados y aguerridos Anarquistas Sin Tonterías,

el esfuerzo ha dado sus frutos y he de deciros que este tiempo que me he tomado de pausa entre publicaciones no ha sido en vano. He podido elaborar una síntesis perfecta del pensamiento Anarquista Sin Tonterías, que con un enunciado compuesto por 3 sencillas afirmaciones resume con claridad nuestra filosofía, y que nos permitirá explicarles a otros potenciales Anarquistas Sin Tonterías de qué va la vaina. A estas tres sentencias las he denominado la Tríada del Cambio. Son las siguientes:

¡Abajo todo!
¡Arriba todo!
¡Abajo todo otra vez!

Esta tríada nos habla de la naturaleza dinámica de los acontecimientos y de la imposibilidad de la stasis y de paso justifica nuestra necesidad de traer la barbarie a cada posible intento civilizatorio y matar enemigos.

El estancamiento es para los muertos, compañeros, ¡no nos dejemos engañar por promesas burguesas! ¡Desafiemos a los elementos y a nosotros mismos, probemos de qué pasta estamos hechos!

¡Viva la Anarquía Sin Tonterías! ¡Alabado sea el trono sangriento de Crom!